7 razones por las que el juego al aire libre es importante para los niños
Todos sabemos que los niños que juegan al aire libre es algo bueno (y una ventaja cuando intentas preparar la cena). Regresan de sus travesuras en el bosque y juegos de juegos con las mejillas sonrosadas, grandes sonrisas y siestas en sus mentes. ¿Te has preguntado alguna vez por qué? Para llegar al fondo de esta transformación mística, nos sentamos con tres expertos para descubrir los beneficios del juego al aire libre. Siga leyendo para arrojar algo de luz sobre el tema.
Padres, levanten la mano si alguna vez han confundido a su hijo con el conejito Energizer porque siempre están en movimiento. Como Megan Fitzgerald, cofundadora y directora de aprendizaje de Tinkergarten explica, esta necesidad de moverse tiene que ver con el desarrollo de los sistemas sensoriales de los niños. Están aprendiendo a asimilar información e integrarla. Y cuando se trata de entornos estimulantes, el aire libre en constante cambio proporciona el equilibrio perfecto que los niños necesitan: ni mucha ni poca estimulación.
Fitzgerald señala que el sistema propioceptivo de ambos niños (nuestro sentido de la conciencia corporal que juega un papel importante rol regulador) y los sentidos vestibulares (relacionados con el equilibrio y nuestro sentido de conciencia espacial) están completamente involucrados en juego al aire libre. Ya sea que estén en el patio de recreo o caminando por un sendero, los niños están haciendo el arduo trabajo de mover sus cuerpos (piense en saltar, empujar, agacharse, balancearse), lo que significa que estos dos sistemas ultraimportantes son activado. ¿El resultado? Esos sistemas se activan, por lo que los niños pueden concentrarse mejor.
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Si alguna vez ha visto a su hijo convertir un simple palo en una varita mágica, hornear una tarta de piña o saltar de roca en roca para evitar la "lava" de abajo, sabe lo imaginativos que pueden ser. Cuando los niños pasan tiempo en la naturaleza, tienen mucho espacio (tanto literal como figuradamente) para imaginar y crear. Más allá de demostrar cuán adorables son nuestros niños, el juego creativo es importante para su desarrollo. Según Fitzgerald, pasar tiempo al aire libre promueve el tipo de pensamiento flexible que ayuda a los niños a generar nuevas ideas. Es por eso que ese simple palo puede ser una caña de pescar, la espada de un caballero o un lápiz que hace increíbles dibujos de tierra. Las posibilidades son infinitas, y ese es el punto.
Además de toda esta creatividad que proviene del juego imaginativo, los niños también pueden explorar la empatía a través de él. Resulta que el aire fresco y el cielo azul son el telón de fondo perfecto para este tipo de aprendizaje. Al pretender ser esa abeja que vuela de flor en flor o una ardilla persiguiendo a otra por el jardín, los niños hacen una conexión con el animal que fingen ser, según Fitzgerald. ¡Y, oh, las cosas en las que pensarán cuando lo hagan! Imaginar las experiencias de otras criaturas, especialmente aquellas más pequeñas que ellos, genera empatía cognitiva en los niños. Les ayuda a comprender diferentes emociones y a reconocerlas en otras personas. Y lo más importante, señala Fitzgerald, los lleva a preocuparse por los demás.
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Si tienes hijos, sabes cuánto les encanta preguntar, "¿por qué?" Como en, "¿por qué el cielo es azul?" "¿Por qué no puedo hacer eso?" "¿Por qué estás tan cansado todo el tiempo?" (Creemos que sabemos la respuesta a esa). Cuando los niños juegan al aire libre, hay mucha curiosidad y asombro natural a su alrededor.
Leah Carlson con el Escuela de concienciación sobre la naturaleza en Duvall, Washington ve los efectos del tiempo que pasan al aire libre en la curiosidad de los niños todos los días. A menudo, los niños del programa crean sus propias historias sobre lo que ven a su alrededor. Y dentro de esas historias, los niños aprenden a reconocer patrones y a hacer preguntas importantes. Pueden notar huellas de animales después de una lluvia que no estaban allí antes o que pueden escuchar ciertas aves por la mañana pero no por la tarde. El darse cuenta de estas pequeñas diferencias (o similitudes) los lleva a formular preguntas y desarrollar sus propias ideas. En otras palabras, pueden hacer y responder sus propias preguntas de "por qué".
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Quizás sea el aire fresco. Tal vez sea el impulso de vitamina D que viene con jugar en un día soleado. O tal vez sean las endorfinas de todo ese ejercicio que están haciendo. Sea lo que sea, los tres expertos con los que hablamos enfatizaron que el tiempo que pasamos al aire libre mejora el estado de ánimo. Según Derrick Soong, MD, FAAP con Virginia Mason Medical Center en Issaquah, Washington, jugando afuera "ayuda a mejorar el estado de ánimo" con la ventaja de "reducir el riesgo / gravedad de la depresión y la ansiedad".
Otra parte de esa elevación del estado de ánimo es el efecto calmante que la naturaleza tiene en las personas, incluidos los niños. ¿Recuerda ese sentido vestibular que mencionamos anteriormente? Las investigaciones han demostrado que cuando se activa (piense: deslizarse, girar, balancearse) ayuda a mantener la calma. ¿Niños más tranquilos y felices? ¡Cuente con nosotros!
Cuando se trata de habilidades para la vida, nuestros hijos nunca pueden tener demasiadas. ¿El hecho de que puedan desarrollar habilidades fundamentales para la resolución de problemas mientras hacen una caminata, montan en bicicleta o escalan en el patio de recreo? Eso es lo que llamamos un bono. Como explica Carlson, pasar tiempo al aire libre conecta a los niños con la naturaleza, la comunidad y ellos mismos y puede tener un efecto profundo en la forma en que se acercan a lo desconocido. Les da la oportunidad de planificar, priorizar, probar diferentes soluciones e incluso negociar en un entorno seguro. Al final, estas habilidades dejan a los niños más resilientes para el futuro.
Como padres, siempre intentamos transmitir hábitos saludables a nuestros hijos. Es por eso que hacemos puré de col rizada junto con su puré de manzana y cantamos los grandes éxitos de Daniel Tiger a nuestros niños pequeños que rabietan. Resulta que jugar al aire libre también puede transmitir muchos hábitos saludables a nuestros hijos. Como explica el Dr. Soong, el juego al aire libre "ayuda a que los niños tengan el ejercicio que necesitan para mantener un peso saludable". Jugar al aire libre es el mejor ejercicio sigiloso para los niños. Ya sea que les guste jugar fútbol, hacer senderismo o surfear, el juego al aire libre puede ayudarlos a mantenerse saludables a medida que crecen.
—Allison Sutcliffe
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