Por qué el juego al aire libre es vital para el desarrollo de su hijo

Una de las mayores diferencias en la forma en que los niños crecen ahora en comparación con antes, es el tiempo que pasan en interiores, mirando pantallas o encerrados bajo una vigilancia extrema de guardianes y complicados rutinas. La tendencia es particularmente inquietante porque la primera infancia es el momento en que tiene lugar el desarrollo cognitivo y físico crucial.
Para los padres preocupados por la exposición de sus hijos a los peligros del mundo exterior, hay muchas ideas y actividades divertidas para jugar en casa. Además, los nuevos avances en la tecnología han hecho que los patios de recreo sean más seguros que nunca, y su hijo puede aprender muchas cosas al aire libre en lugar de en el aula tradicional, según un artículo publicado en Playground Experts. Las investigaciones muestran que el juego al aire libre tiene varios beneficios para los niños pequeños. Echemos un vistazo a los hallazgos clave de los últimos estudios sobre cómo el juego al aire libre beneficia a los niños pequeños y bebés.
Proporciona una exposición saludable al sol. Jugar al aire libre durante al menos una hora puede beneficiar a los bebés y niños pequeños. La exposición al sol les ayuda a adquirir los niveles de vitamina D necesarios a los seis meses de edad. Y la vitamina D no solo ayuda en el desarrollo de los huesos, sino que también previene ciertos problemas de salud como el asma. Además, la exposición al sol con moderación a una edad temprana ayuda a mantener a raya las infecciones y los problemas del tracto respiratorio, y reduce el riesgo de problemas de visión. dice un artículo del New York Times.
Les ayuda a crecer más saludables. La mejor forma de ejercicio para bebés y niños pequeños es, sin duda, jugar al aire libre. Esto también les ayuda a prevenir la obesidad y los problemas cardíacos. Los niños que juegan juegos al aire libre tienen más posibilidades de vivir una vida sana y saludable cuando sean adultos, según un artículo del Washington Post. Jugar al aire libre (gatear sobre el césped o simplemente estar al aire libre) promueve un mejor sueño en los niños, además de mejorar su salud en general. De hecho, en ciertas partes del mundo, se alienta a los bebés a dormir al aire libre bajo la supervisión de adultos, según un artículo publicado en The Telegraph.
Ayuda a desarrollar habilidades para la vida. Todos sabemos que el desarrollo de habilidades para la vida (como planificación, toma de decisiones, resolución de problemas, negociación y multitarea) en los niños es importante. Esto se puede lograr dejando que los niños tengan un tiempo no estructurado y socialicen con otros niños, según un Publicación de Harvard Health Publishing. Esto también les ayuda a idear sus propios juegos para divertirse, lo cual es necesario para el desarrollo del cerebro y la creatividad.
Un juego al aire libre como peek-a-boo ayuda al niño a desarrollar habilidades de autocontrol y mejora su memoria. Por otro lado, un paseo por la naturaleza con una persona mayor les ayuda a mejorar la concentración.
Ayuda a apreciar la naturaleza. Estar al aire libre ayuda a los niños pequeños a aprender y reconocer sonidos, imágenes, olores y cosas por el estilo, y mejora sus habilidades motoras ya que pueden tocar y sostener objetos en la naturaleza. En pocas palabras, proporciona un entorno sensorial estimulante para los niños pequeños, dice Brenda Cobb en su artículo. La importancia de llevar a los bebés y niños pequeños al aire libre. Jugar al aire libre y conocer de cerca la naturaleza también es una excelente manera de desarrollar el carácter y la confianza, según un publicar en National Geographic.
Esto se debe a que el crecimiento saludable también incluye la capacidad de asumir riesgos y estar libre de miedo. Cuando visitan el mundo exterior, pueden aprender rápidamente cómo abordar diferentes situaciones, cómo tomar riesgos o trabajar juntos para lograr un objetivo.
Incluso si sus hijos se lastiman físicamente o se sienten humillados en el proceso de hacer amigos, debe animarlos a salir a jugar. Solo vigílelos para asegurarse de que permanezcan a salvo. “En el juego de riesgo, el adulto debe interpretar los signos del niño, brindándole el apoyo o el espacio necesario que necesita”. dicen las investigadoras Gabriela Bento y Gisela Dias en un artículo publicado en Science Direct.